Ana Suppa fue, hasta hace una semana, la Coordinadora del Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable del Ministerio de Salud de la Nación.
Sin mediar explicaciones, la titular de la cartera Graciela Ocaña le pidió la renuncia y nombró en su cargo a Ana Ferraroti, ex secretaria de Salud y Ambiente del municipio de Luján y proveniente del kirchnerismo bonaerense más duro.
En una entrevista exclusiva, nos cuenta de las peleas, dudas y debates de un organismo que amenaza con desaparecer. ''En el breve lapso de mi gestión y de resultados del recorrido efectuado por distintas regiones del país, he podido detectar un sin número de obstáculos estructurales y culturales que el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable (PNSSyPR) debe sortear para lograr el cumplimiento de los objetivos establecidos por la ley que le dio origen. Lamentablemente no he podido transmitirle en forma personal mis impresiones acerca de las dificultades a las que hago referencia pero quedo a su disposición para hacerlo en caso que a usted le parezca relevante y encuentre el tiempo para recibirme''. Estas fueron las palabras elegidas por la profesora Ana Suppa para elevar la renuncia al cargo de Coordinadora del PNSSyPR dependiente del Ministerio de Salud de la Nación. Suppa fue legisladora del Frente Para la Victoria por la ciudad de Buenos Aires, hasta que asumió al frente del organismo el 23 de abril pasado. - ¿Le sorprendió que la ministra Ocaña le pidiera la renuncia? - Por un lado, no me llamó la atención que esto suceda porque el PNSSyPR es un programa netamente ideológico. Pero por otro lado, sí, porque pasa justo cuando hay que dar a conocer las cifras anuales en relación a mortalidad materna e infantil (N de R: se estima que será en una reunión a realizarse el próximo 5 de diciembre, con los titulares provinciales de las carteras de salud). Estos son los temas centrales en los que particularmente he insistido: la participación y la inclusión del PNSSyPR en todas las políticas que tengan que ver con la prevención, ya que desde nuestra concepción, hay una cuestión fundamental: achicar el nivel de pobreza y de desigualdad social, para que las y los ciudadanos puedan acceder a la información y los servicios que brinda este programa. Algunos creen que ''ir juntos'' es ''vamos todos para un mismo lado'' y para mí, es el ''cómo'' abordamos la sexualidad de las y los jóvenes; o trabajar en conjunto con Maternidad e Infancia, Ginecología, Obstetricia con el PNSSyPR, y no como compartimientos estancos. Temas como el parto humanizado, para mí no sólo es atender bien a una mujer en el parto, sino que esa mamá se vaya a su casa con información y algún método anticonceptivo para cuidarse. - ¿Le explicaron el motivo de este pedido? - No me dieron ninguna explicación. Para mí, una política pública debe promover la disminución de la mortalidad materna y la mortalidad infantil, y lo planteo como alguien que adhiere al gobierno nacional, con una presidenta que se ha mostrado preocupada por achicar los niveles de pobreza. No es perder tiempo, trabajar con la mujeres la planificación familiar; o llevarles tranquilidad a los médicos para que puedan realizar las prácticas de anticoncepción quirúrgica o de emergencia; es una manera de llevar la ley a la realidad. Tampoco tuve mucho tiempo de explicarle esto a la ministra (Ocaña). A veces hay otras miradas mas economicistas, diferentes, pero no es el planteo de cambio cultural que el PNSSyPR plantea. En este sentido, creo que no se le dio la importancia que el programa requiere para poder funcionar y se concentró más en lo burocrático, cuando por ejemplo, la llegada de los insumos debe solucionarse con una decisión política del Ministerio (de Salud). - ¿Se rumorea que el PNSSyPR va a depender del Programa de Maternidad e Infancia, esto es cierto? - No creo, pero sí lo van a hacer caminar paralelamente. - Eso sería una opción bastante mas conservadora, teniendo en cuenta la anterior gestión de Ginés Gonzalez García… - Sí, es una línea diferente a esa gestión y a la que veníamos sosteniendo en el equipo del programa hasta la semana pasada. - Este pedido de renuncia coincide con la suspensión del debate en la Cámara de Diputados de la ampliación de los casos de abortos no punibles contemplados en el articulo 86 del Código Penal. ¿Cree que la gestión de Cristina Fernández de Kirchner se encamina hacia esta línea conservadora o es una lamentable coincidencia? - Creo que han sido coincidencias. Fernández de Kirchner siempre ha tenido una posición acerca de este tema, a pesar de que no da su opinión, siempre ha sido muy respetuosa de los proyectos que se llevaron adelante. Por mi recorrido por las provincias, pude ver que hay muchos otros obstáculos y algunos retrocesos, por ejemplo, en Mendoza, en Córdoba, en la Pcia de Buenos Aires. Quiero decir, hay diputados que no van a acompañar y no van a dar los números. Si los médicos están pidiendo consentimiento informado para poner un DIU (dispositivo intrauterino), y eso que es un debate que venimos dando desde hace años, imaginate con el tema del aborto - ¿Las cifras de mortalidad materna de este año son superiores a las del 2006? (N de R: 4,8 mujeres por 10.000 nacidos vivos? - Según los datos de algunas provincias que me han llegado, la cifra ha aumentado. Pero mis datos son parciales, sólo la ministra conoce las cifras totales porque sé que las ha pedido. Por eso decimos que amerita que haya una política de salud clara para poder abordar la mortalidad materna, porque sino no vamos a poder cumplir con los Objetivos del Milenio que nos hemos propuesto y con los que nos hemos comprometido internacionalmente. - En relación a los derechos sexuales y reproductivos ¿podemos decir que cerramos un año negro para las mujeres? - Yo creo que son etapas: hubo una etapa en que pudimos sacar la ley de educación sexual nacional, o el tema de anticoncepción quirúrgica, y en esta etapa, hay retrocesos organizados por la derecha, que desde el conflicto del campo hasta estos temas, viene inventando argumentos para volver atrás. En mi caso, esta experiencia me deja un sabor amargo porque no pude trabajar para que la salud integral sea un hecho. Este programa debería jerarquizarse un poco más. - ¿Tenía presupuesto destinado? - Sí, en lo formal (11 millones de pesos), pero cuando nosotros pedíamos para alguna actividad había obstáculos para ejecutar. - ¿Que pasó con la guía de abortos no punibles que lanzó antes de irse el ex ministro de Salud? - No tiene resolución ministerial, por lo tanto, para el Estado no existe. Hubiera sido importante tener un procedimiento para estos casos. - ¿Cree que el programa desaparecerá con este debilitamiento? - No creo, porque hay una ley, un decreto reglamentario y un movimiento de mujeres que está vigilando y monitoreando las políticas públicas de salud. Es importante que el Ministerio apoye fuertemente, y le deseo a quien me sucede en la gestión (Ana Ferraroti) que pueda llevar a cabo –con el respaldo y confianza ministerial con los que me hubiese gustado contar- el cúmulo de acciones imprescindibles para que la salud sexual y reproductiva de nuestro pueblo, esencialmente de sus mujeres, sea una concreción cotidiana. Sin voluntad política es imposible garantizar la provisión de insumos, trabajar con los jóvenes en educación, con los médicos en el tema de la regulación de los abortos clandestinos, y con las mujeres para que puedan elegir. Los desafíos La ministra Ocaña también removió de su cargo a Ana Speranza, de la Dirección Nacional de Maternidad e Infancia, y en su cargo fue nombrado el pediatra Juan Reichembach. Ahora, l@s nuevos funcionari@s deberán enfrentar un aumento en las cifras de muerte de mujeres gestantes. Según datos parciales, el Noroeste Argentino registra las cifras más altas del país y todas las provincias están por encima de la media nacional: Salta registra un índice del 15,7 por cada 10.000 niños nacidos vivos; Jujuy, 15,2; Tucumán con 7,3; Santiago 5,5 y Catamarca con 2,5. Por Marcela Espíndola Artemisa | 26.11.2008